Cerrando un ciclo.
Todo lo que empieza, trilladamente, pero siempre tiene un final. Hoy recuerdo tantos episodios de mi vida, escuchando esas canciones que marcaron momentos dolorosos, infinitamente excitantes y definitivamente inolvidables.
Escribí mucho… en cada paleta de cada silla donde me senté en mis tiempos de escuela, en cada esquina de libreta, en mi muro, en las sabanas de mi cama, en la pared de mi cuarto, en cada puerta de baño, en las palmas de mis manos, en mi mente incluso los pensamientos fluían, todos ellos cargados de sentimientos muy característicos de mi adolescencia, que realmente se albergo en mi cuerpo y en mi mente por más tiempo de lo psicológicamente aceptable o normal.
Llego hoy a ese momento en el que tomo un largo suspiro que termina con una sonrisa burlona, como viéndome al espejo y diciéndome: ¿Eso era todo? ¿Es todo lo que querías hacer? Tanto show!
Miro hacia atrás el derrotero caminado, cúmulos de imágenes, escalinatas y paseos, películas, helados derretidos, cenas frías a medio terminar, llamadas telefónicas cortas y extendidas, gente, miradas, reuniones, pleitos y abrazos, persecuciones y escapismo, faldas cortas y estoperoles, tatuajes, estudio, trabajo, soledades, silencio, llantos y resignaciones… de pronto un amigo, el de siempre, el de emergencia, el disponible, el cómplice, con el que no tenia canciones, ni películas , ni lugares favoritos y el final ya lo saben…
Iniciar de nuevo, un nuevo ciclo como madre, esposa, maestra y empresaria, suena mejor que pantalones rotos, noches de dos o tres sentidos, humo y fiesta, suena mejor que todo lo que pensé que podría llega a hacer y ser, suena mejor que todos esos escritos que evidencian una vida llena de excesos. Pasado, gracias por permitirme llegar a estas conclusiones y por estimular mis deseos de superarme. Que empiece nuevamente el juego de la vida!... aplausos… DAGS
